Tropiezos
Un chico de nombre Javier, una chica de nombre Lucía. Los dos viven en la misma ciudad Granada y su embrujo arabesco, como casi toda Andalucía.Por misterios del destino y la vida virtual coinciden.Lucía queriendo ocultar su identidad dice que es de Ronda. Javier por miedo a su estado civil se define cordobés, pero los dos viven en la misma ciudad.El mismo barrio separados apenas por unos metros. En el chat ella tiene el nick de Luna Amabre, él Sol Ardiente. El azar de la vida real los situa como vecinos del mismo barrio, separdos por pocos metros. Lucía soltera, dedicada a su trabajo y sus paseos. Javier mal casado, vida rutinaria en su oficina, reuniones de negocios y otros menesteres. Desde que contactaron, poco a poco nace entre ellos un sentimiento de confianza, amistad e incluso cariño, algo desconocido para ellos hasta entonces.Con el trancurso de los días se fueron ilusionando, enamorando, sin saber que se encontraban, sin reparar el uno en el otro, sin darse cuenta de que coincidan en los mismos comercios, a veces llegaron a rozarse, que coincidieron a la salida de alguna consulta, que hasta cruzaron alguna frase: "¿perdón, me puede dar fuego?".Durante algún tiempo se sinceraron hasta vaciar sus conciencias, se lanzaron verdades, desde la soledad, la tristeza, la infelicidad reinante.Sinceras palabras impregnadas de incertidumbre, una sola mentira les impedía unir sus melancólicas vidas.Llegó el momento que el tiempo se cansó de unos corazones secos de emociones, al fin propició el encuentro. Una mañana de primavera, dos personas con zapatillas de deporte, corrían cerca de la Alhambra. Tropiezan y caen rodando al suelo, mitad tierra, mitad césped y flores. Entre sonrisas y disculpas, una palabra lanzada por azar, descubre que los amigos virtuales son conocidos de verse unos instantes a diario, y desconocidos en las sombras de sus realidades. Desde entonces, los caminantes solitarios, pasean y corren juntos por una vida dichosa. lLas palabras que les unieron para siempre las pronunció Lucía: "perdone por este encontronazo, pero me deslumbró el Sol Ardiente que luce hoy". "Muy cortés por tus disculpas, deseada Luna Amable", fué la respuesta de Javier.
1 comentario
mery -